Pavo salvaje de América del Norte

El pavo salvaje vive en Norteamérica. Es el galliforme de mayor peso y tamaño. Es de la misma especie que el pavo doméstico, que es considerado una subespecie de los pavos salvajes que habitan el sur de México. Los pavos domésticos son aquellos que normalmente son servidos por los estadounidenses en Acción de Gracias y en Navidad y se crían en granjas.

El pavo salvaje es un ave hermosa - fotografía por Malene Thyssen
El pavo de América del Norte es un ave magnífica – foto de Malene Thyssen

Los pavos salvajes adultos tienen las patas amarillo-rojizas a verde-grisáceas y el cuerpo negro. A los machos se los llama “toms” o “gobblers” en inglés. Hinchan hacia arriba los cuerpos y despliegan las plumas de la cola como un hermoso pavo real. Tienen una cabeza grande de tono rojizo, sin plumas, la garganta roja y barba roja sobre la garganta y el cuello. La barba es una aleta de la piel. La cabeza tiene crecimientos carnosos denominados carúnculas. Éstos se tornan de color rojo vivo cuando el pavo está alterado. Cuando un pavo macho está excitado, su cabeza se torna azul y cuando está listo para luchar, se torna roja. ¡Es un ave colorida asombrosa! Sus patas tienen tres dedos y los machos cuentan con un arma especial denominada espolón detrás de cada uno de los tarsos (la parte más delgada de la pata). Lo utilizan durante la riña. El objeto largo y carnoso que se encuentra sobre el pico de los machos se denomina moco. El moco se torna rojo brillante cuando está alterado.

Los pavos salvajes tienen una cola oscura, alargada en forma de abanico y las alas en tono bronce brillante. Las plumas de los machos cuentan con un gran paleta de colores. Algunas son rojas, púrpuras, verdes, cobrizo, bronce y algunas partes incluso lucen doradas desde ciertos ángulos. A la hembra se la denomina gallina y sus colores son menos brillantes. En general, son marrones y grises. Los pavos tienen desde 5000 a 6000 plumas. Los pavos adultos tienen el mismo largo de las plumas de la cola, pero las de los jóvenes tienen diversas longitudes.

Pavo salvaje y ser humano
El pavo salvaje de Norte América y un ser humano

El pavo macho tiende a tener una “barba”, un penacho de pelo que le crece desde el centro del pecho. Las barbas miden 230 mm de largo. Lo que resulta extraño es que algunas hembras también tienen barba, pero por lo general es más corta y fina.

El macho adulto pesa entre 5 a 11 kg y miden entre 100 – 125 cm. La hembra adulta es mucho más pequeña: pesa entre 3-5,4 kg y miden entre 76 a 95 cm de largo. Su envergadura se extiende entre 1,25 hasta 1,44 m.

Aunque son pesados, vuelan muy bien, a diferencia de los pavos domésticos que no tienen esa habilidad. Vuelan o corren si sienten que están en peligro. Viven en los bosques de Norteamérica. Hacen toda clase de sonidos: gluglutean, cloquean, golpetean, ronronean, aúllan, graznan, gañen, cacarean y hacen quiquiriquí.

Los pavos salvajes son omnívoros. Dedican sus días a buscar alimento, como bellotas, semillas, pequeños insectos y bayas silvestres. Buscan la comida en la tierra y en árboles pequeños. A veces, terminan alimentándose de anfibios y de pequeños reptiles como lagartos y serpientes. Pasan sus noches en las ramas bajas de los árboles.

La hembra busca un buen lugar para construir su nido. Tiende a construir su nido debajo de un arbusto en el bosque. Ella pone entre 10-14 huevos marrones moteados y suelen ser solo uno por día. Los huevos se incuban por lo menos 28 días. Cuando las crías rompen el cascarón, se las conoce como polluelos. Los pulluelos están cubiertos de plumas finas y pueden empezar a moverse en cuanto salen del cascarón. Así pues, abandonan el nido poco después, aproximadamente 12-24 horas. Durante las primeras dos semanas los pulluelos no pueden volar. A los mapaches, las mofetas rayadas, los zorros grises y las víboras ratoneras les gusta alimentarse de sus huevos. Los depredadores de ambos, adultos y jóvenes, son los coyotes, linces, águilas doradas y perros. Los seres humanos ahora somos el depredador principal de los pavos salvajes adultos.

La población de pavos salvajes disminuyó al principio del siglo XX debido a la cacería y a la pérdida de su hábitat. Sin embargo, se han hecho grandes esfuerzos para protegerlos y para estimular la cría de los pavos supervivientes.